En esta parte con nuestro artículo sobre la construcción del violín/viola, debemos decir que en este instrumento nada, a excepción de los bordes, es curvado o empalmado, todo resulta de una sólida pieza de madera. Cuando el arco exterior ha sido finalizado se encola en ensambla el interior de la tapa y el fondo. El grosor del fondo y de la tapa no es el mismo en todo el violín; su madera se encuentra entre los 2.5 y los 4.5 mm de espesor. El fabricante de violines (o luthier) debe ajustar su trabajo al carácter de la madera. Esta ventaja es esencial en comparación con los violines que son hechos por máquinas. Luego el fondo se pega a la montura de los bordes. Se cortan los agujeros en efe sobre la tapa y luego se ajusta y se fija la barra armónica.
Con el fin de encontrar la forma de los agujeros en efe, el luthier se focaliza en ejemplos clásicos; tal vez también en sus particularidades personales. Finalmente se pega la tapa y se redondean los bordes. Con esto se finaliza el cuerpo del instrumento. La voluta se hace de madera de arce, la cual debe—en lo posible—encajar con la tapa y los bordes. Cuando la voluta y el clavijero han sido trabajados, el diapasón se ajusta al cuello. Entonces, el cuello completo se ajusta al cuerpo, el cual obviamente es un proceso de trabajo que debe llevarse a cabo con alta precisión; tiene un gran impacto no sólo en las posibilidades técnicas del instrumento sino también en su sonido. Así se ha finalizado el instrumento en bruto. Lo único que falta es el recubrimiento de barniz.
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Las tres funciones más importantes del recubrimiento de barniz son:
1) Debe proteger al instrumento de las influencias negativas de la humedad y de la suciedad. 2) Debe aumentar las posibilidades sonoras del instrumento. 3) Y debe enfatizar la belleza natural de la madera.
La mayoría de los fabricantes de violines y violas se han esforzado por desarrollar una fórmula ideal para el barniz. Esto se debe principalmente a que el barniz tiene un alto impacto sobre el sonido del instrumento. Un barniz suave y un recubrimiento insuficiente tienen la tendencia a amortiguar pesadamente el sonido del violín. Por el contrario, si el barniz es demasiado duro o quebradizo, el sonido será estridente y penetrante.
En resumen, uno puede decir que un instrumento, que está fabricado incorrectamente no puede convertirse en una obra maestra sólo por un excelente barniz. Sin embargo, un buen instrumento puede arruinarse si se le aplica un barniz de mala calidad. |
miércoles, 25 de noviembre de 2015
Las partes del violín y la viola
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